3. El baño
¿Que cómo bañar al bebé? Con el agua a temperatura adecuada (unos 36 grados), en un lugar donde no haga frío y con todo preparado para después. Ahora viene el verano y no hay mucho problema, pero en época de frío es interesante secar bien al bebé, sobre todo en los pliegues, y luego secarlo y vestirlo rápido.
4. La crema después del baño
De igual modo que el baño se suele hacer cada día, o se hacía cada día, lo de poner crema después del baño parece también algo que deba hacerse sí o sí. La realidad es que los primeros días sí es interesante, porque en muchos casos los bebés se "pelan", pero pasados los primeros días un bebé no suele necesitar ni cremas ni aceites ni prevención de culito. Según la AAP (Asociación Americana de Pediatría) “un bebé no necesita que le pongan habitualmente cremas, aceites ni talcos”.Esto no quiere decir que sea malo, sino sólo una cuestión práctica y económica. Si la piel del bebé está bien no hace falta poner nada. Si está un poco seca por algunas zonas, pues se le pone crema de bebé (crema mejor que aceite, que hidrata menos) en esas zonas, o si se quiere en todo el cuerpo hasta que no queden zonas secas.
Como consejo, si se aprovecha el momento de poner la crema para hacerle un poco de masaje al bebé, yo sí lo haría todos los días, pero no por la crema, sino por el masaje. Es un momento de cariño hacia él y esos momentos son muy importantes para ambos.
5. El cuidado de las uñas
En las uñas no hay que hacer nada especial más allá de cortarlas cuando haga falta. Muchos padres creen que no se pueden cortar hasta que los bebés tienen un mes, o una edad específica. Lo cierto es que no hay una edad mínima para cortar las uñas de un bebé. Es más bien una cuestión de lógica. Si el bebé tiene las uñas largas pues se cortan, tenga la edad que tenga.
Puede hacerse con una lima o puede hacerse con unas tijeras de punta redonda y es mejor hacerlo en algún momento que esté relativamente tranquilo. De todas maneras, tenemos que sujetar bien su mano, no sea que un movimiento nos lleve a cortar lo que no debemos.
6. Los ojos, las orejas y la nariz
Con los ojos, las orejas y la nariz no hay que hacer nada, pero en caso de que haga falta, vale la pena saber cómo hacerlo. Si hay legañas, que al principio puede ser habitual porque los conductos lagrimales no siempre funcionan bien y no limpian el ojo como debieran, se limpian con un poco de suero y con una gasa que limpie de dentro hacia afuera y luego tirándola (solo una pasada por gasa).Si vemos cera, solo limpiar la parte de cera que veamos, la del exterior, y mejor no usar bastoncillos. Como os dijimos hace unos meses, la mejor manera de limpiar las orejas es con el codo. Es decir, no meter nada dentro.
En el caso de la nariz, si notamos que tiene moquitos y no respira bien, dado que ellos no sacan los mocos voluntariamente, se recomienda utilizar suero fisiológico. El modo menos agresivo de hacerlo es echarlo poco a poco, gota a gota, por los orificios nasales, de manera que el moco se vaya diluyendo y salga más fácilmente por la nariz o bien se lo trague.
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